SEÚL, 29 de marzo.- Corea del
Norte anunció que se encuentra en un “estado de guerra” con Corea del Sur al
dar por terminado un armisticio que duró desde el fin de la guerra de Corea en
1953.
“La condición, que no era guerra
ni era paz ha terminado”, indicó la Agencia Norcoreana de prensa en un despacho
en el que aseguró que de romperse hostilidades no sólo incinerará la oficina
presidencial de Corea del Sur y las bases militares estadunidenses en la
península, sino también “disolverá” el territorio continental de Estados
Unidos.
Poco antes, la Casa Blanca había
responsabilizado a Corea del Norte del incremento de tensiones y advirtió que
“deben terminar los actos provocativos y la retórica belicosa”, según precisión
del vocero Josh Earnest.
De acuerdo con Earnest, el
aislamiento de Corea del Norte es evidente, como reflejó una reciente
resolución de Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que impuso sanciones
sobre el régimen norcoreano sin que hubiera oposición de China o Rusia, sus
principales aliados.
El canciller ruso, Sergei Lavrov,
había advertido a su vez contra el “círculo vicioso” de retórica inflamatoria y
advirtió a las partes involucradas contra acciones unilaterales.
Hong Lei, portavoz del ministerio
de Asuntos Exteriores chino, insistió por su parte en la necesidad de reducir
tensiones y pidió “esfuerzos conjuntos” para revertir una “tensa situación”.
El anuncio de Corea del Norte fue
emitido horas después de que el presidente Kim Jong-Un autorizara poner sus
fuerzas en estado de combate y en particular sus cohetes fueran alistados para
ser disparados.
Reportes norcoreanos indicaron
que Kim Jong-Un había señalado que
“llegó el momento de ajustar cuentas con los imperialistas estadunidenses ante
la situación prevaleciente”.
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