Los cristianos en Pakistán continúan sufriendo a causa de la ley contra la blasfemia. La ley prevé la pena de muerte para los que insultan Mahoma o cadena perpetua por haber ofendido a forma el Corán.
Sin embargo, varias organizaciones cristianas, afirman que la ley se utiliza de forma incorrecta, ya que sólo el testimonio de una persona puede enviar a un cristiano a la cárcel e inclusive que este pase muchos años preso.
Hasta ahora nadie realmente ha sido condenado a muerte por este delito, pero hay muchos casos de personas asesinadas en la cárcel, o después que son liberados. Otros han sido detenidos durante años sin que haya alguna evidencia concreta, por lo que la ley es en realidad una verdadera amenaza para la vida de los cristianos y miembros de otras minorías religiosas.
La semana pasada surgió una noticia mezclada en Pakistán. Por un lado, se supo de la liberación de un hombre que había sido condenado a muerte y que había estado detenido desde mayo de 2007.
La liberación de Younis Masih, es una buena noticia para la comunidad, pero los problemas de los cristianos en cuanto a la ley no terminarán. “Tengo cuatro hijos y no tengo trabajo, nadie me ayuda. Yo vivo con el temor de ser asesinado”, reveló a la Agencia Fides , Masih por medio de su abogado.
“Los cristianos en Pakistán temen amenazas, agresiones, violencia, discriminación y odio. La ley contra la blasfemia es siempre una amenaza sobre sus cabezas, sus vidas no son seguras, incluso después de salir de la cárcel “, agregó el abogado.
Masih, de 35 años, fue puesto en libertad el pasado jueves, por orden del Tribunal de Apelaciones.
Sin embargo, la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, reveló que ocho cristianos han sido acusados de blasfemia sólo en los últimos meses, desde que ocurrió un ataque a una iglesia en Peshawar donde hubo 80 muertos.
Los cristianos son una pequeña minoría en este país fuertemente islámico, donde el fundamentalismo ha crecido en los últimos años.
En enero de 2011, el gobernador de Punjab, el musulmán, Salman Taseer, fue asesinado por su propio guardaespaldas simplemente por criticar la ley contra la blasfemia.
Cuando se presentó el guardaespaldas al tribunal un grupo de abogados islámicos lanzó pétalos de rosa sobre su cabeza.
Traducido de Renacensa
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