La oración debe producir poder. Cuando decimos “poder”, significa
que algo sucede cuando oramos. Las oraciones nacidas de una relación
íntima con Dios tienen tremendo poder.
El motor que produce transformación en el corazón, milagros, sanidades, señales, maravillas y liberaciones, es la oración. Ésta es la forma como nos comunicamos con Dios. Los tiempos que vivimos son difíciles y peligrosos, así que necesitamos tener una relación íntima con Dios. Todos necesitamos una relación personal e íntima con Dios.
Y cuando ores, no seas como los
hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las
esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os
digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu
aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu
Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no
uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su
palabrería serán oídos. Mateo 6:5-7
Algunas de las razones por las cuales nuestras oraciones no tienen
poder son: 1) Orar para ser vistos por otros, 2) vanas repeticiones, 3)
no tener una relación cercana con Dios porque nuestro amor se ha
enfriado; cuando esto pasa, no podemos continuar nuestra relación con
Dios. Esta generación es exitosa en muchas áreas, pero falla en su
relación con Dios y con otros; no sabe cómo nutrir una relación.En nuestra relación con Dios debemos tener en cuenta que:
- Es posible tener una relación personal con Dios, ahora.
- Debe ser una prioridad.
- Dios quiere que tengamos una relación con Él, ahora.
- “Relación” es dónde vivimos, caminamos, nos movemos y dependemos de Dios.
- Nuestras oraciones pueden producir poder.
Una relación es el “lugar” donde trabajamos, vivimos y dependemos. Toda relación que tenemos viene de nuestra relación con Dios. Si nuestra relación con Dios es mala, nuestra relación con la gente también será mala.
Con Dios, todo proviene de una relación. Todo lo que Dios nos da o con lo que nos bendice viene de nuestra relación con Él. Nuestro matrimonio, trabajo y llamado son el resultado de una relación —cualquier cosa que tenemos o poseemos viene de nuestra relación con Dios—. El cristianismo demanda una relación personal con Dios; ninguna otra religión requiere una relación personal con su fundador porque sus líderes están muertos, y ellos lo saben. El cristianismo es la única religión con la capacidad de tener una relación personal con su fundador. Dios quiere una relación personal y progresiva con nosotros. Él desea esa relación y quiere que nosotros tengamos comunión con Él. “Relación” es dónde conocemos a Dios y donde oramos.
Una relación con Dios debe ser personal,
presente, progresiva y continua.
El fundamento de nuestra relación con Diospresente, progresiva y continua.
- Obediencia
- Temor de Dios
- Amor a Dios
- Comunicación
Lo que usted hace en su tiempo privado con Dios
será notorio cuando esté en público.
Medios para apropiarse del poderserá notorio cuando esté en público.
- Relación
- Ayuno y oración
- Hermandad y comunión
- Obediencia
- Cediendo el paso a Dios
El avivamiento viene de la oración
Aspectos del poder de Dios- Poder residente. “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…” Hechos 1:8
- Poder activo. “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”. Efesios 3:20
- Poder poseído. “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Filipenses 2:13
- Autoridad. “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Lucas 2:19
Cuando oramos desde un lugar de relación, nuestras oraciones producen poder y autoridad, porque somos uno con “El Uno”. Salimos de ese lugar creyendo y confiando en Él, no tristes ni preocupados acerca de lo que va a pasar. Nuestras oraciones deben:
- Producir influencia divina en el corazón de la gente
- Mover montañas
- Empoderarnos para vencer las tentaciones
- Empoderarnos para vencer a Satanás y al pecado
- Permitirnos superar lo imposible
- Sacarnos de nuestra realidad
Cuando entra en oración, usted va más allá de su mente.
Nuestros problemas o imposibilidades nunca terminarán hasta que
aprendamos a orar. Cuando oramos, ya no estamos conscientes de nuestros
problemas, sino que estamos conscientes de Dios; es allí cuando nuestros
problemas comienzan a perder poder, y dejamos de estar asustados porque
nuestra realidad es Dios.
En oración, sus pensamientos lo llevan dentro de la realidad de Dios.
Llamado a la acciónSi usted ha perdido su relación con Dios, repita esta oración:
Padre celestial, yo me arrepiento de no haber hecho de mi relación contigo una prioridad. Tú eres mi Padre, y yo soy tu hijo/hija. Perdóname. Me arrepiento, y vengo delante de Ti, Señor. Restaura mi corazón hacia Ti. Quiero volver al primer amor y perseguir tu presencia y nuestra relación. Ahora mismo, desata Tu gracia en mi vida para poder ir detrás de Ti. Amén.
Fuente: Ministerio El Rey Jesus.
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