Verso Clave. Romanos 12:2 (Biblia en Lenguaje Sencillo) Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.
Estamos viviendo tiempos donde las cantidades de decisiones son las que marcan lo que hacemos en nuestro diario vivir, sin embargo, muchas de esas decisiones son guiadas por nuestras emociones e intenciones sin una previa orientación ni oración a Dios. Esto trae como consecuencia ratos largos de frustración, desánimos y depresiones por no alcanzar las metas deseadas.
Muchas veces se escucha decir:
- Voy a hacer esto o aquello y no puedo perder el tiempo.
- No voy a esperar más y seguiré mi camino.
- No necesito de Dios para tomar esta decisión tan pequeña.
Lo más y menos importante siempre debe estar guiado por la voluntad divina de Dios y es necesario aunque la decisión sea pequeña, se tenga que esperar un poco o inclusive si no t gusta.
La palabra de Dios dice:
Salmos 94:11 (Nueva Versión Internacional) El Señor conoce los pensamientos humanos, y sabe que son absurdos.
Dios conoce tanto al ser humano, que ve mucho más allá de sus decisiones, de lo que pueden observar con su vista natural, por lo tanto quiere lo mejor pero necesita que se deba tener fe y obediencia. Ver Proverbios 19:21
La historia cuenta: Un hombre llamado Jonás que fue enviado por Jehová a Nínive a dar un mensaje, pero el corazón de Jonás se lleno de desobediencia actuando bajos su propias desiciones e intenciones creyendo de lo que hacía estaba correcto y terminó en la boca de un pez por 3 días con la idea de que hiba a morir en cualquier momento. Sin embargo se arrepintió y milagrosamente salió del pez para cumplir obedientemente la voluntad de Dios. Ver Jonás 1:1-13
Hacer la voluntad de Dios es poner al frente de él todas nuestras decisiones así sea para hacer algo pequeño, como comprar una lavadora, ir de compras, solicitar un servicio o como elegir o abandonar un trabajo, una carrera universitaria o ciertas amistades.
Estamos viviendo tiempos donde las cantidades de decisiones son las que marcan lo que hacemos en nuestro diario vivir, sin embargo, muchas de esas decisiones son guiadas por nuestras emociones e intenciones sin una previa orientación ni oración a Dios. Esto trae como consecuencia ratos largos de frustración, desánimos y depresiones por no alcanzar las metas deseadas.
Muchas veces se escucha decir:
- Voy a hacer esto o aquello y no puedo perder el tiempo.
- No voy a esperar más y seguiré mi camino.
- No necesito de Dios para tomar esta decisión tan pequeña.
Lo más y menos importante siempre debe estar guiado por la voluntad divina de Dios y es necesario aunque la decisión sea pequeña, se tenga que esperar un poco o inclusive si no t gusta.
La palabra de Dios dice:
Salmos 94:11 (Nueva Versión Internacional) El Señor conoce los pensamientos humanos, y sabe que son absurdos.
Dios conoce tanto al ser humano, que ve mucho más allá de sus decisiones, de lo que pueden observar con su vista natural, por lo tanto quiere lo mejor pero necesita que se deba tener fe y obediencia. Ver Proverbios 19:21
La historia cuenta: Un hombre llamado Jonás que fue enviado por Jehová a Nínive a dar un mensaje, pero el corazón de Jonás se lleno de desobediencia actuando bajos su propias desiciones e intenciones creyendo de lo que hacía estaba correcto y terminó en la boca de un pez por 3 días con la idea de que hiba a morir en cualquier momento. Sin embargo se arrepintió y milagrosamente salió del pez para cumplir obedientemente la voluntad de Dios. Ver Jonás 1:1-13
Hacer la voluntad de Dios es poner al frente de él todas nuestras decisiones así sea para hacer algo pequeño, como comprar una lavadora, ir de compras, solicitar un servicio o como elegir o abandonar un trabajo, una carrera universitaria o ciertas amistades.
Te invito a hacer esta oración:
Padre creador de los cielos y de la tierra, te pido de corazón que me ayudes a tomar las decisiones basadas en tu voluntad, así sea lo más pequeño, esperar si es necesario, o dejar algo si es necesario para cumplir tu voluntad. Quita toda ansiedad que llegue a mi corazón y entrego mi vida a ti para que tu la dirijas en tu tiempo, y en tu bendición, te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.
No te dejes llevar por los impulsos y por un momento antes de la desiciones que tomes en el día ponlo en manos de Dios y él te dará la respuesta.
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